El topo

Cuentos de Leonardo Da Vinci: El topo

¡Cuidado con el sol!

La nueva campaña de prevención sanitaria en PequeNet avisa de los beneficios de tomar el sol, pero también advierte sobre los peligros de sus rayos, especialmente entre la población de topos. Leonardo Da Vinci en su época ya avisaba de lo pernicioso que puede resultar un baño solar para estos roedores.
A lo largo de muchos años de trabajo, la familia de topos había conseguido excavar y pulir bajo tierra una extensa red de intrincadas galerías. El último topo de la familia se paseaba por ellas con toda tranquilidad. Las recorría hacia atrás y hacia adelante, subía a los picos superiores y bajaba a las bodegas como si gozara de muy buena vista aunque, como todos los topos, tenía unos pequeños ojillos y desde luego no era éste su sentido mejor desarrollado. Un día encontró un pasadizo que no conocía y, más contento que unas castañuelas, avanzó por él con la intención de explorarlo. - ¡Deténte! - gritó una voz desde abajo. - ¡Qué emocionante advertencia! - exclamó el topo. El pequeño animal levantó el hocico y se asomó hacia una abertura al exterior, pero el sol, que brilló en sus ojos como un relámpago, le causó instantáneamente la muerte. Moraleja: La mentira, como el topo, puede vivir únicamente mientras está escondida, pero una vez sale a la luz para hacerse notar, muere.
A lo largo de muchos años de trabajo, la familia de topos había conseguido excavar y pulir bajo tierra una extensa red de intrincadas galerías.

El último topo de la familia se paseaba por ellas con toda tranquilidad.

Las recorría hacia atrás y hacia adelante, subía a los picos superiores y bajaba a las bodegas como si gozara de muy buena vista aunque, como todos los topos, tenía unos pequeños ojillos y desde luego no era éste su sentido mejor desarrollado.

Un día encontró un pasadizo que no conocía y, más contento que unas castañuelas, avanzó por él con la intención de explorarlo.

– ¡Deténte! – gritó una voz desde abajo.

– ¡Qué emocionante advertencia! – exclamó el topo.

El pequeño animal levantó el hocico y se asomó hacia una abertura al exterior, pero el sol, que brilló en sus ojos como un relámpago, le causó instantáneamente la muerte.

Moraleja: La mentira, como el topo, puede vivir únicamente mientras está escondida, pero una vez sale a la luz para hacerse notar, muere.