Hasta los gigantes más temibles tienen corazón, y hasta los corazones más duros se pueden ablandar: Es el caso de El Gigante Egoísta, al que el beso de un niño consiguió conmover. (En la foto puedes ver al gigante en el momento de enternecerse). Un nuevo cuento adaptación del clásico de Oscar Wilde.
El Gigante EgoístaAdaptación del original de Oscar Wilde
Como cada tarde al salir de clase, los niños se dirigieron al jardín del gigante para jugar. Era un jardín fascinante, amplio y hermoso. El suelo estaba cubierto de verde y suave césped, las flores salpicaban los arbustos, y doce melocotoneros ofrecían sus dulces frutos a los pájaros.
- ¡Qué bien nos lo pasamos aquí! - gritaban los niños llenos de alegría.
Oscar Wilde
Este poeta, novelista y dramaturgo nacido en Dublín (Irlanda) tendría ahora años. Era un hombre muy elegante, amante de la estética y la belleza. Sus obras de teatro causaron furor en el Londres victoriano.