El ratón Titty y el ratón Tatty

El ratón Titty y el ratón Tatty

Gran depresión

Hay días en los que parece que todo sale mal, y también hay días en los que todo sale mal, como aquel día en que el ratón Titty y el ratón Tatty decidieron hacer un pudding. Hemos reconstruído los hechos y ahora te presentamos TODA LA VERDAD.
El ratón Titty y el ratón Tatty vivían en una pequeña casita de madera. Un día los dos ratones decidieron hacer un pudding. Mezclaron los ingredientes, encendieron el fuego y lo pusieron a cocer. Esperaron a que estuviera hecho para apartarlo de la lumbre y entonces fue cuando Titty se quemó el rabito con la olla y Tatty se puso a llorar. El taburete de tres patas de la cocina, al ver llorando a Tatty, le preguntó: - ¿Porqué lloras, ratón Tatty? - Titti se ha quemado el rabito, lloro por eso. Y el taburete decidió que si Titty se había quemado y Tatty lloraba, él se pondría a dar saltos. La escoba, que nunca había visto al taburete dar saltos, le preguntó extrañada: - Taburete, dime ¿porqué das saltos? - El ratón Titty se quemó y Tatty comenzó a llorar. - dijo sin parar de dar saltos. Y la escoba pensó que ya que Titty se había quemado, Tatty estaba llorando y el taburete saltaba, lo lógico era que ella comenzara a barrer. La puerta, que pensaba que el suelo estaba limpio, no pudo ocultar su curiosidad: - ¿Porqué estás barriendo, escoba? - El ratón Titty se quemó el rabito, Tatty llora y el taburete salta.- Y siguió barriendo. De forma que la puerta hizo chirriar sus bisagras como si nunca hubieran estado engrasadas. La ventana, alertada por el ruido de la puerta, le preguntó cuál era la causa de tal ruido: - Titty se ha quemado, Tatty está llorando, el taburete da saltos y la escoba barre. Mis bisagras chirrían por eso. Después de oir esto, la ventana pensó que lo más oportuno en esa circunstancia era ponerse a crujir. En el porche, el banco de madera preguntó a la ventana: - ¿Cómo es que crujes tanto? - Titty se quemó con la olla, el ratón Tatty llora, el taburete salta, la escoba está barriendo y las bisagras de la puerta chirrían. - Dijo la ventana sin dejar de crujir. - Creo que entonces me pondré a galopar.- dijo el banco. Cuando el banco ya había dado tres vueltas a la casa, el nogal que había en el jardín le preguntó: - Banco, ¿porqué estás galopando? - Porque Titty se ha quemado, Tatty llora, el taburete salta, la escoba barre, la puerta ha dicho a sus bisagras que se pongan a chirriar y la ventana está crujiendo. - Lo más sabio entonces es que me desprenda de mis hojas. - dijo el nogal. El pájaro que había hecho su nido en las ramas del nogal comenzó a mudar sus plumas cuando se enteró de que el nogal se estaba desprendiendo de sus hojas porque el ratón Titty se había quemado, Tatty lloraba, el taburete estaba dando saltos, la escoba barría, las bisagras de la puerta rechinaban, la ventana crujía y el banco no paraba de dar vueltas a la casa galopando. - ¿Porqué mudas las plumas, pajarito? - Preguntó la niña que vivía en la misma casa que los dos ratones. - Titty se quemó, Tatty llora, el taburete salta, la escoba barre, las bisagras de la puerta chirrían, la ventana cruje, el banco galopa alrededor de El padre de la niña, al verla derramar la leche, resbaló de la escalera, que al caer golpeó al pájaro y derribó el nogal, una de cuyas ramas rompió la hoja de la ventana que arrancó las bisagras de la puerta. Ésta, a su vez, tiró al suelo la escoba que chocó contra el taburete que empujó a Tatty que al tropezar con Titty le hizo verter la olla...Y TODO EL PUDDING ACABÓ EN EL SUELO.

El ratón Titty y el ratón Tatty vivían en una pequeña casita de madera. Un día los dos ratones decidieron hacer un pudding. Mezclaron los ingredientes, encendieron el fuego y lo pusieron a cocer. Esperaron a que estuviera hecho para apartarlo de la lumbre y entonces fue cuando Titty se quemó el rabito con la olla y Tatty se puso a llorar.

El taburete de tres patas de la cocina, al ver llorando a Tatty, le preguntó:

– ¿Porqué lloras, ratón Tatty?

– Titti se ha quemado el rabito, lloro por eso.

Y el taburete decidió que si Titty se había quemado y Tatty lloraba, él se pondría a dar saltos.

La escoba, que nunca había visto al taburete dar saltos, le preguntó extrañada:

– Taburete, dime ¿porqué das saltos?

– El ratón Titty se quemó y Tatty comenzó a llorar. – dijo sin parar de dar saltos.

Y la escoba pensó que ya que Titty se había quemado, Tatty estaba llorando y el taburete saltaba, lo lógico era que ella comenzara a barrer.

La puerta, que pensaba que el suelo estaba limpio, no pudo ocultar su curiosidad:

– ¿Porqué estás barriendo, escoba?

– El ratón Titty se quemó el rabito, Tatty llora y el taburete salta.- Y siguió barriendo.

De forma que la puerta hizo chirriar sus bisagras como si nunca hubieran estado engrasadas.

La ventana, alertada por el ruido de la puerta, le preguntó cuál era la causa de tal ruido:

– Titty se ha quemado, Tatty está llorando, el taburete da saltos y la escoba barre. Mis bisagras chirrían por eso.

Después de oir esto, la ventana pensó que lo más oportuno en esa circunstancia era ponerse a crujir.

En el porche, el banco de madera preguntó a la ventana:

– ¿Cómo es que crujes tanto?

– Titty se quemó con la olla, el ratón Tatty llora, el taburete salta, la escoba está barriendo y las bisagras de la puerta chirrían. – Dijo la ventana sin dejar de crujir.

– Creo que entonces me pondré a galopar.- dijo el banco.

Cuando el banco ya había dado tres vueltas a la casa, el nogal que había en el jardín le preguntó:

– Banco, ¿porqué estás galopando?

– Porque Titty se ha quemado, Tatty llora, el taburete salta, la escoba barre, la puerta ha dicho a sus bisagras que se pongan a chirriar y la ventana está crujiendo.

– Lo más sabio entonces es que me desprenda de mis hojas. – dijo el nogal.

El pájaro que había hecho su nido en las ramas del nogal comenzó a mudar sus plumas cuando se enteró de que el nogal se estaba desprendiendo de sus hojas porque el ratón Titty se había quemado, Tatty lloraba, el taburete estaba dando saltos, la escoba barría, las bisagras de la puerta rechinaban, la ventana crujía y el banco no paraba de dar vueltas a la casa galopando.

– ¿Porqué mudas las plumas, pajarito? – Preguntó la niña que vivía en la misma casa que los dos ratones.

– Titty se quemó, Tatty llora, el taburete salta, la escoba barre, las bisagras de la puerta chirrían, la ventana cruje, el banco galopa alrededor de

El padre de la niña, al verla derramar la leche, resbaló de la escalera, que al caer golpeó al pájaro y derribó el nogal, una de cuyas ramas rompió la hoja de la ventana que arrancó las bisagras de la puerta. Ésta, a su vez, tiró al suelo la escoba que chocó contra el taburete que empujó a Tatty que al tropezar con Titty le hizo verter la olla…Y TODO EL PUDDING ACABÓ EN EL SUELO.