Asechanzas del mal
El autor:
Victoria
, Edad: 61
Grunilda y Procopio eran unos niños muy buenos y guapos que tenían unos padres muy malos y desobedientes. Cierto día su mamá les mandó a buscar castañas a un bosque donde no había más que árboles secos y retorcidos y muchísimas alimañas. En su afán por encontrar castañas se internaron en lo más profundo del bosque, se perdieron, y fueron a dar con una cabaña donde vivía miserablemente una vieja desdentada y fea que les invitó a pasar a su casa prometiéndo obsequiarles con un saco de castañas. Apenas hubieron traspasado la puerta, la vieja les empujó hacia una jaula de hierro que inmediatamente cerró con un candado. Luego arrastró la jaula hacia la chimenea y encendió un fuego con la intención de asar a los niños y comérselos. Hemos de decir que la vieja era en realidad una bruja malísima llamada Brastorda. La temperatura en la jaula iba aumentando paulatinamente. Cuando alcanzó los 50ºC los niños empezaron a chillar de calor. Pero esto no disuadió a la malvada vieja que atizó el fuego hasta que se alcanzaron los 60ºC. Los niños chillaban de tal manera que sus gritos llegaron a oidos de un caballero que pasaba por allí y que casualmente llevaba un extintor de CO2. El caballero, que en realidad era el príncipe Julián, apagó el fuego inmediatamente, propinó una soberana paliza a la bruja, liberó a los niños, reprendió duramente a sus padres y se los llevó consigo a su palacio donde vivieron felices y contentos.