Había un hombre que tenía la boca ¡tan, pero tan chica! que para decir tres, decía:
- Uno-uno-uno.
Había un hombre que tenía la boca ¡tan, pero tan chica! que para decir tres, decía:
- Uno-uno-uno.
- Uno-uno-uno.
Había un hombre que tenía la boca ¡tan, pero tan chica! que para decir tres, decía:
- Uno-uno-uno.