Había una vez una mujer que tenía una pensión. Un día llego un hombre y le preguntó: -Hola, ¿usted tiene habitaciones? -Sí -dijo ella. -¿Una que se pueda ver el mar? -Sí, tengo una. -Ah, ¿sí? ¿Y cuanto vale? -Un millón de euros. -¡Qué cara! -dice él. -Es que para que pueda ver el mar, va a tener que tirar el edificio de enfrente.
Había una vez una mujer que tenía una pensión. Un día llego un hombre y le preguntó:
-Hola, ¿usted tiene habitaciones?
-Sí -dijo ella.
-¿Una que se pueda ver el mar?
-Sí, tengo una.
-Ah, ¿sí? ¿Y cuanto vale?
-Un millón de euros.
-¡Qué cara! -dice él.
-Es que para que pueda ver el mar, va a tener que tirar el edificio de enfrente.