- Hola, te llamo por la regadera... - Vaya, pues ¡qué bien se escucha!
- Hola, te llamo por la regadera...
- Vaya, pues ¡qué bien se escucha!
- Hola, te llamo por la regadera... - Vaya, pues ¡qué bien se escucha!
Era un hombre con tan mala, tan mala suerte, que un día se lanzó al vacío pero ya estaba lleno. 50