Era un día tan seco, tan seco, tan seco, que las vacas daban leche en polvo.
Era un día tan seco, tan seco, tan seco, que las vacas daban leche en polvo.
Era un día tan seco, tan seco, tan seco, que las vacas daban leche en polvo.
Si contamos cuántos se apellidan «Díaz», sabremos cuándo se acaba el mundo. – ¿Por qué? – Porque tendremos los Díaz contados 17