– Papá ¿puedo pegarle al perro? – No, que te muerde.
Al momento:
– Papá ¿puedo pegarle al perro? – No, que te muerde.
Otra vez más:
– Papá ¿puedo pegarle al perro?
Y el papá desesperado dice:
– Ya, bueno, si.
– ¿Y si me muerde?
<p>– Papá puedo pegarle al perro? – No que te muerde <br />
Al momento:<br />
– Papá puedo pegarle al perro? – No que te muerde <br />
Otra vez más:<br />
– Papá puedo pegarle al perro?<br />
Y el papá desesperado dice:<br />
– Ya bueno si <br />
<strong>– Y si me muerde?</strong></p>