Érase una vez dos aceitunas que estaban subidas en una montaña, y va una y se cae. Cuando la otra va a socorrerla, la que se había caído dice: -¡Creo que me he roto un hueso! -¡Como te vas a romper un hueso, si tú estás rellena de anchoa!
Érase una vez dos aceitunas que estaban subidas en una montaña, y va una y se cae. Cuando la otra va a socorrerla, la que se había caído dice:
-¡Creo que me he roto un hueso!
-¡Como te vas a romper un hueso, si tú estás rellena de anchoa!