Este era un señor tan tonto, tan tonto, que se echaba azúcar en la almohada para tener dulces sueños.
Este era un señor tan tonto, tan tonto, que se echaba azúcar en la almohada para tener dulces sueños.
Este era un señor tan tonto, tan tonto, que se echaba azúcar en la almohada para tener dulces sueños.