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Chistes

Un hombre iba corriendo a ver si alcanzaba a tomar el tren. Para lograrlo se encomendaba a su ángel de la guarda. Pero de pronto se tropezó y se cayó. LLeno de cólera excamó:
- Señor Angel, ¡tampoco es que me empuje!

Un hombre iba corriendo a ver si alcanzaba a tomar el tren. Para lograrlo se encomendaba a su ángel de la guarda. Pero de pronto se tropezó y se cayó. LLeno de cólera excamó:
- Señor Angel, ¡tampoco es que me empuje!
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