Era una vez un niño tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que un día se encontró una canica y dijo:-¡El mundo es mío!
Era una vez un niño tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que un día se encontró una canica y dijo:-¡El mundo es mío!
Era una vez un niño tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que un día se encontró una canica y dijo:-¡El mundo es mío!