Era un hombre tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que se sentaba en la acera y le colgaban las piernas.
Era un hombre tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que se sentaba en la acera y le colgaban las piernas.
Era un hombre tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que se sentaba en la acera y le colgaban las piernas.