Tu tienes dos orejas y yo tengo una, cuando quieres ocuparme me tomas de ella, para sujetarme. Resisto agua caliente y también agua fría. Si quieres saber quién soy, da una vuelta por la cocina. Si aún no logras adivinar, una pista te voy a dar: cuando me lavan con lavaza, se limpia mi oreja que no se llama oreja, se llama asa.
¡Me rindo!La taza